No todo el tiempo me dedico a ir matando demonios, eso no quiere decir que te vaya a dejar salirte de rositas [Ruby]

Acaba de volver desde Alemania, allí había resuelto un trabajito y, tras eso, había vuelto a Los Angeles, la ciudad a la que podía llamarle hogar, si realmente supiera lo que esa palabra significaba; pero Johanna no lo sabía, ya no. Tras pasar por su pequeño piso en uno de los barrios de las afueras se acercó a la playa, pero no a esa que siempre está llena de gente o de turistas, no, a esa playa que descubrió hacía un tiempo; casi siempre estaba vacía, pues a los bañistas no les gustaba nada, ya que estaba llena de rocas. Llevaba unas botas negras cuya huella iba dejando en la arena, no iba a quitarselas, llevaba tres puñales metidos en las botas. Johanna siempre iba armada, ya podía ser con un puñal como con una pistola, había aprendido que siempre era mejor estar preparada a que la pillaran a una desprevenida.
Aunque muchas veces, hubiera preferido no tener que llegar a todo esto; pero no le quedaba otra opción. Cazaba demonios a modo de venganza, pues no le quedaba nada por lo que luchar más que eso; y como no le quedaba nada, no podían quitarle nada. Pero ella si que les quitaría todo lo que tenían, Johanna se tomaba muy a pecho eso de que la venganza se tomaba fría, y ella la servía helada. Todavía no había descubierto a quien había matado a su familia, pero no desistiría, se recorrería el mundo tantas veces como fuera necesario. Paseaba a paso lento algo alejada de la orilla, ya que se mojaría las botas si se acercaba demasiado a esta.

Dean había vuelto , casi me dio un infarto al volve ra verlo de nuevo , y cuando una pensaba que se había deshecho de alguien , volvía. Ley de Murphy supongo. No es que el mayor de los Winchester me cayese mal , de hecho me resultaba entretenido , pero su desconfianza era un obstáculo para mis planes con su hermano . Y durante unos meses me había gustado eso de no tener que estar todo el rato vigilando mis espaldas a todas horas.
Decidí salir un rato , haciendole creer que no era mas que un ligue de una noche de Sam , antes de que empezase a sospechar y ahora que tenía tiempo libre me dirigí a la playa , donde sabía que no iba a ser una excursión del todo placentera.
Al menos no al ver a una chica de estatura media , cabello oscuro , ojos intimidantes . ¿Lo que más destacaba de ella? Sin duda esas botas. Venga si para lo raro , solo le faltaba una pancarta señalandose, hasta un cazador se plantearía aquella actitud fuera de lo normal .
Anduve descalza por la orilla, sintiendo la arena mojada bajo mis pies, una de las mejores sensaciones, sin duda con un bikini negro y un pareo a juego.
-Bonitas botas- comente al pasar por su lado sin dirigirla una mirada , como quien no quiere la cosa , esbozando una leve sonrisa.